sábado, 22 de octubre de 2011

NO TODAS LAS FRACCIONES SE RESUELVEN CON EL MÉTODO

PRÓLOGO
 
 Esta ponencia en un principio la realizé solo con el fin de subir mi calificación en la clase  de Historiografía de tercer semestre, fue un trabajo extra que originalmente. Fué pensado para 4 cuartillas y una ponencia de 10 minutos. Influido por las clases de teoría de la historia que llevaba en ese momento, en las que veíamos las posturas de Nietzche,  y un acercamiento un tanto superficial a las ideas de Kahler, pero con esa incertidumbre presente hasta la fecha acerca de la dirección en la que  nos lleva este ímpetu científico y el porvenir que te ofrece la profesión. Tal vez, también me encontraba un tanto presionado y hostigado ante lo “exigentes” que se pusieron los profesores respecto al aparato crítico. Pero este pesamiento aún me acompaña pese a la distancia.

Desde que lo leí,  he sentido admiración por Descartes y el tema se adapta muy bien a la idea central que pensé al dar de alta este blog, por eso rescaté y aumenté este ensayo.  Siento que merma mi discurso el hecho de no estar tan especalizado en las propuestas de Max Weber, pues para abordar dicho tema me basé ,en buena parte, en una serie de ensayos resultado de un simposio realizado en el Instituto de Investigaciones filosóficas de la UNAM en el año de 1986.  Si bien ya tenía cierta seguridad de que era con lo que me iba a encontrar en cuanto a los intereses a los que  responde este paso en la historiografía, es algo en lo que tengo que poner atención en revisar directamente, para enriquecer mi discurso, pues justamente planteo que no hay que depender mucho de opiniones ajenas.
 


NO TODAS LAS FRACCIONES SE RESUELVEN CON EL MÉTODO.
[crítica acerca  del racionalismo y la racionalidad aplicados a la Historia]

1.EL PORQUÉ DEL TITULO  (Introducción)
La Historia  está tomando un rumbo del cual no  le será  fácil desviarse. Elegí éste titulo por que  es evidente que el discurso histórico siempre va a consistir en referir tan solo una pequeña fracción de la realidad. Es por eso que preferí plantearlo desde esta perspectiva tan algebraica, pues durante nuestras lecciones de historiografía en tercer semestre de la universidad, lo primero que me vino a la mente cuando escuché la palabra racionalismo, fueron aquellos añejos tiempos preparatorianos en los que tenía que estudiar para presentar mis exámenes extraordinarios de matemáticas. Me parece que son precisamente estos tintes matemáticos los que va tomando la historia actualmente en el ámbito académico. Se trata de una empresa muy pretenciosa, consecuencia de la llegada de la “modernidad”.  

Todo es parte de la inercia provocada por el enarbolamiento de la racionalidad y su intento de aplicación en todo tipo de ámbitos. Tanto así que la historia ya lleva varias décadas siendo considerada como una ciencia, aunque sea un tema muy discutido si realmente se trata de tal. Sé que parece muy barata esta asociación que hice entre las fracciones matemáticas y el discuso histórico. Además estoy consiente que no soy el primero, ni mucho menos el último, en cuestionar el carácter científico de la historia, pero a mí se me presentó de  una forma muy clara al momento de idear este ensayo.

Quiero que se comprenda que esta explicación comienza a partir de la inquietud que me provoca este carácter tan excesivamente elitista que pretende la historia. Guardar una supuesta verdad, solo comprensible dentro del círculo de los historiadores de qué ha de servir, es materia inherte, pura vanidad. Cerrar un círculo de semejante forma termina por ir en contra de su funcionalidad misma.

Las exigencias actuales que requiere el llamado aparato crítico, me parece que es contraproducente para las aspiraciones de esta profesión, si es que lo que se busca es una verdad. Pues existen paradojas dentro de su misma filosofía, y es en lo que me concentraré en explicar.


2.  RAZONAR MÁS QUE RACIONALIZAR

Ustedes mismos juzguen: en las ciencias matemáticas, cuando una fracción no es posible de asimilar en ciertos casos particulares, porque uno de sus componentes no cumple las expectativas -por lo general  en el caso de que el denominador (parte inferior) contenga una raíz cuadrada como factor-, se habla de que es necesario racionalizar dicha fracción. Porque si se queda así, no es algo concebible como algo racional, o sease incomprensible, e inimaginable. Para racionalizar dicha fracción, según recuerdo, es necesario multiplicar tanto el numerador como el denominador por el factor que está bajo la afectación de la raíz cuadrada que causa tantos problemas, poniendo atención en el signo para respetar la esencia de la operación. Bueno, para no atolondrarlos tanto con ejemplos gráficos, el punto es que puesto que ambos hemisferios de la fracción se multiplicaron por dicha raíz, la de la parte inferior se elimina y  por ende ésta permanece únicamente en el numerador ejerciendo la función de multiplicación. Si hasta aquí no me han entendido amigos míos, un buen ejercicio sería conseguirse un buen libro o una buena guía de algebra, con unos cuantos conocimientos básicos será cuestión de minutos para que lo entiendan, creanme que realizarlo es muy interesante.

Verán que, a  manera de acto de magia, en esta operación existe una buena carga de lógica elemental. Después de ser racionalizada, una fracción de tales características, se convierte en una operación que nos ofrece certezas más claras.  Pues mientras las fracciones no adquieran el carácter de racional, una calculadora científica o un programa convencional de ordenador no logrará  procesarlas como algo que presente una solución valida. Lo que se hace es expurgarle las “incongruencias” a la fracción. Tal vez con los avanzados programas de software para ordenador que se desarrollan hoy en día con sus funciones cada vez más complejas se alcancen estas certidumbres directamente, pero eso yo no lo sé.

Espero haber explicado bien lo que para mí, es la esencia de lo que se busca al racionalizar una fracción en el ámbito de las ciencias exactas, pues lo hice valiendome de aquellos vagos conocimientos que adquirí durante mis estudios en la secundaria y bachillerato.  <<Una vez que se ha comprendido esto se puede seguir adelante  con el ensayo>>.

 ¿No creen que es absurdo pretender aplicar una metodología que implicaría “racionalizar” un objeto en cuestión, con base en preceptos  e idealizaciones matemáticas?... Es uno de los principios de los afanes científicos de hoy en día... Conste que mi crítica no se centra únicamente en la ya muy descalificada Historia económica, sino más bien a la forma en que se nos está preparando en la carrera con la historiografía como eje fundamental . Se supone que se trata solo de un juego de niños  frente a lo que representará elaborar una tesis .  Imaginense mi zozobra ante semejante panorama.
Mi problema no radica en que esta fracción de la realidad comience su andar como una hipotesis, encasillada dentro de la categoría de lo inconcebible con miras a racionalizarse dentro la llamada ciencia histórica. De hecho tengo cierta afinidad por lo que implica el espíritu cartesiano. Más bien lo que dá rienda suelta a un debate filosófico  en mi interior, es que muchas veces se prescinde de esa lógica tan elemental de la que les hablé mas arriba, y lo que se busca es más bien problematizar  los hechos o acontecimientos  llevando a una absurda exponencialización de los datos. ¿Por qué ha de ser mejor una  investigación con 50 fuentes bibliográficas que una que solo maneja seis? O mejor dicho: ¿Porqué mentir? ¿realmente el autor está tan especializado para dominar a profundidad todas y cada una de sus fuentes de referencia, o lo hace para llenar espacio y cumplir con las exigencias? ¿Se gana algo con elevar a la  n potencia el  “alcance  científico” de un trabajo de investigacion, basándose en su aparato crítico? Ponganse a pensar que a fin de cuentas termina por no haber certezas con todo y este elaborado aparato. Voy de acuerdo en que este aspecto le dá solidez a un discurso. Pero cuando completas un discurso con datos tan fluctuantes - que en un articulo de diez paginas  existan más de 60 fuentes me parece exageración - es cuando uno llega a preguntarse que tan “crítico” puedes llegar a ser como historiador, si relegas toda tu opinión personal, o sea tu opinión CRÍTICA,  poniendo una fe ciega en datos u opiniones  que no se desprenden del propio discurso, sino que más bien termina siendo, a mi manera de ver, una forma de avenir un río a cauces personales, muchas veces desconociendo todo el lodo y desperdicio que arrastra.

No creo que se pase por alto que siempre en el producto de una investigación existae ciertos puntos que no pueden ser comprobados, mucho menos reproducir tal cual, como sucede en las ciencias exactas.  Aunque solo se trate de una porción (por lo tanto fracción) de la realidad,  ésta no se ha esclarecer de esa forma, pues tiende a atomizarse más y más conforme vayan apareciendo los distintos puntos de vista e interpretaciones. Partiendo de esto es que yo he llegado a percibir que entre más se encaminen los esfuerzos  para  resolver ciertas interrogantes, a través del discurso histórico; “racionalizando el numerador o el denominador de esta fraccion de la realidad”, sean cuales sean éstos, no es asi como funciona. Inclusive las mismas ciencias matemáticas identifican que para resolver un problema, lo que se  busca es la simplificación, no la sectarización. Un ejemplo claro de esto son los algoritmos. Gracias a ellos se pueden resolver problemas que serían imposibles de resolver en el curso de toda una vida o mucho más. Pero no por esto quiero decir que la respuesta será reducir el discurso a axiomas. Lo que yo pienso que se debe simplificar en la ciencia histórica, no ha de ser la calidad del discurso, sino la dependencia de completarlo con fuentes banales y pensamientos ajenos. Es irónico que se caiga en la creencia de que se está problematizando un acontecimiento en pos de la verdad y que con su complicada metodología lo único que termina problematizandose son las  idealizadas pretensiones de la ciencia histórica. Se me hace una postura muy masoquista y como ya dije contraproducente.

3.DESCARTES
El ser humano siempre ha tratado de buscarle un sentido y una finalidad a las cosas. Muchas veces no se puede entender que quizás estas cosas pasan por cuestiones meramente subjetivas. De otra forma nos sentiríamos vacios ante situaciones que no alcanzamos a comprender y mucho menos a entender. Es entonces que  se recurre a las explicaciones “racionales”. 
Esto lo podemos ver desde un inicio en el caso del legado cartesiano, la forma en que la élite intelectual,  después de la aparición del discurso del método buscó asimilar y reducir toda esta filosofía a tres palabras: pienso, luego existo (recuerdo haber escuchado que Vico ya se refería con esta simplificación en su obra acerca de las ciencias a principios del siglo XVIII), algo muy arbitrario cuando ni el mismo filósofo en su discurso está seguro de poder explicarse con sus disertaciones tan metafísicas usando muchas más palabras.  Tan solo basta tener en cuenta que en el contexto que enuncia su filosofía, llega un punto en el que no se puede distinguir claramente entre el ser, y el existir. Por lo menos así lo veo por las traducciones que pasan al castellano, donde se entiende que Descartes decidió tomar como primer principio de la filosofía que buscaba, una verdad que había distinguido claramente: Yo pienso, luego yo soy.  Resalto en negritas el hecho de que se trate de UNA verdad por que así lo plantea Descartes y es un tema que me causa inquietud. Y que pienso abordar en otro ensayo.

Es obvio que él racionalismo ideado por Descartes causó un gran impacto  en la forma de construir conocimiento. Y después de ello, en busca de la universalidad de la ciencia, se busco adoptar esta  filosofía de vida cartesiana, dejando de lado su autentico discurso y rescatando unicamente el aspecto metodológico para justificar esta embestida de la modernidad y del capitalismo, desdeñando por completo el aspecto filosófico que era mucho más importante. Quizás esto se debió a lo novedoso que representaba la separación del empirismo, pero la principal novedad era descentralizar en la concepción del conocimiento a dios, y poner en su lugar al hombre. Sin dejar de lado su fervor religioso, de ahí que nos hable de que puede probar la existencia de Dios.  Lo que nos ofrece es una filosofía de vida PERSONAL. Él trataba de  conjuntar la lógica, el álgebra y la geometría para sus propósitos. Y nos dice que esto a él  le ha dado resultados. Pero que enajenada interpretación aquella de aplicar semejante base metodológica a  las humanidades. Pensemos en su reflexión acerca de la construcción de edificios:


cuando se construye y termina  por un solo arquitecto, es mucho más hermoso y mejor ordenados que aquellos que otros han tratado de componer y arreglar, utilizando antiguos muros que han sido construidos para otros fines

No les parece que esta postura humanista se adaptaría mejor para la ciencia histórica puesto que se supone que estamos dentro del área de las humanidades. Ya que cuando Descartes enuncia esto en su obra, lo hace partiendo de la forma en que ha de desarrollar toda su filosofía que derivaría en el método. No en el método en sí. Lo cual me parece humanista a todas luces (ja , juego de palabras),  y creanme que no lo digo por que quiera  que un discurso histórico sea hermoso como esos edificios, sino que plantea que de esta forma existe una mayor perfección en lo que se busca.

Basta con  ponernos a pensar que de acuerdo a las quejas conscientes o inconscientes que expresan algunos de mis profesores y compañeros, mas allá de la polarización ideológica de ellos, me queda claro que uno termina por construir un edificio  con todo tipo de materiales. Y no me cuadra la perspectiva de que vamos a ser utilizados como peones, sirviendo a un arquitecto que teniendo presente que la verdad absoluta no existe, se empeña en sacar provecho de la gente que tiene a su servicio,  en pos de sus intereses personales. Qué se puede esperar, cuando no solo el edificio, sino también el blasón con la leyenda de “verdad” en la entrada está formada de una cantidad exagerada de aleaciones que obran en su detrimento y lo hacen quebradizo. ¿Dónde queda aunque sea esa aspiración a la pureza de pensamiento?

4. EL PASO A LA HISTORIOGRAFÍA

Sólo basta con echarle un vistazo a las corrientes consecuentes, como el  positivismo y los annales.  Alguna vez escuche a este respecto, que descartes había sido superado con estas corrientes. Recuerdo que en ese momento me pregunté  del porqué de ese  afán metódico. El sistema cartesiano ha de estar presente siempre y será considerado la línea conductora del carácter científico y métrico de la historia, dando paso a lo que se conoce como historiografía moderna y para la cual se han creado toda una serie conceptos plagados de “haches” de historia e historiografía, como vienen siendo: holística, hermeneútica,  heurística, historicismo, historicidad,  etc.  Términos adaptados y adoptados en beneficio de esta racionalización.
No quiero decir con ésto que Descártes no haya sido un visionario, o que se haya equívocado. Ya que los avances de la ciencia en cuanto a tecnología, medicina, o atletismo por poner unos ejemplos  son más que evidentes y están a la vista de todos.

El racionalismo primero hay que entenderlo como un paso imprescindible. Puesto que era necesaria la secularización del conocimiento  y encaminarlo fuera de la perspectiva que daba el ámbito religioso.  Pero al aplicar ésto a la Historia no dá resultados tan irrefutables como los dá  una fórmula matemática.

         Seguramente Descartes nunca se  imaginó la notable trascendencia que obtendría como producto de sus cavilaciones. Así que cuando me dediqué a solventar el vacio existente entre la publicación del discurso del método(siglo XVII) y nuestros tiempos (sigloXXI) buscando redondear mi póstura en este ensayo, me encontré conque  el concepto de racionalidad dentro de la historia como ciencia,  fue concebida para moverse dentro de “la economía capitalista, del estado constituyente, la administración pública, organizaciones sociales, ética profesional y decisiones privadas” . Y es que si bien el afán metodológico ya se venía dando con el historicismo de Ranke (también necesito embeberme más en su obra),  es con Max Weber con quien se le dá esta atención enfocada a la historia y posteriormente a la sociología, “ciencia” inaugurada por él.

         Al parecer la idea de racionalidad respecto de los fines, Max Weber la llamó “racionalidad formal-instrumental”,  que identifica como una tendencia universal de los  hechos. Es un tipo de racionalidad donde echando mano de elementos como el cálculo y control lo que se busca es prever el curso de la historia. Se deja de lado a la filosofía,  o a mi modo de ver se abstrae y se abarata, a partir de este momento se supone que es la razón la que viene determinando el bien y el deber de “la naturaleza humana”,  delimitando parametros  idealizados  de la acción individual, instituciones, Estado, historia universal. Es aquí cuando cayó en el escalafón todo el respeto que guardaba por Max Weber, pero ya lo analizaré por mi mismo posteriormente, pero esta ocasión nó, porque el tiempo apremia.

         Según pude identificar, entre las críticas que realizan aquellos que han estudiado la obra de Max Weber, se presenta el hecho de que su concepto de racionalidad entra en directa polémica con el de los ilustrados, idealistas, romanticos e historicistas. Y que puede ser refutado desde el mismo argumento filosófico.  Pero es algo que yo no he comprobado con mis propios ojos y quisiera no extenderme más en este sentido.  Lo que quería resaltar sobretodo es que concuerdo plenamente con la postura de que este discurso de Weber fue “construido selectivamente a partir del capitalismo industrial y el estado constitucional […]pretende haber capturado lo propio y original de la sociedad intelectual moderna” según nos expone Luis F. Aguilar Villanueva. Es una idea muy capitalista,por lo tanto muy ambiciosa. Y aunque quieran negarlo, con rasgos muy marcados de positivismo quizás alienado, en lo que se fundamenta esta historiografía moderna.
         Abordar la Historia científicamente en pos de la verdad  es  una labor  con una intención muy noble. Pero uno se da cuenta que ésta va siguiendo ciertos criterios  a los que el historiador se debe adaptar de acuerdo a los intereses de quien valora su trabajo. La tan anhelada “verdad” quedará enajenada de sus principios. Un tipo como yo que apenas se va abriendo paso en esta carrera  no puede dejar de ver el carácter siniestro de estas ofertas.

5.¿SERÁ NECESARIO RACIONALIZAR TODO?
Si se explica la Historia como un relato donde una frugal trivialidad puede exacerbar las pasiones más frenéticas del ser humano, desencadenando un hecho con enormes alcances históricos. Esto puede ser considerado irracional, y por lo tanto no histórico. Poniendo un ejemplo: sería incomprensible para la ciencia Histórica que Luis Donaldo Colosio fué asesinado por un tipo que se sintió desdeñado, al no considerar justo que  el candidato a la presidencia se negara a darle un autógrafo, aunado a su coraje por que no le había regresado un libro que le prestó tiempo atrás, antes de que Colosio ocupara una posición tan relevante dentro de la política.
Y es que la  primera declaración de Aburto tras solicitar la presencia de los medios de comunicación, creyendo que declaraba ante periodistas  y sabiendo que estaría bajo la mirada internacional  fue: “Lo único que les puedo decir es que a la prensa extranjera yo escribí un libro desde hace muchos años y fue entregado a él”.  
Seamos  congruentes, disputas así de absurdas, las vemos cada día en esos programas de chismes de la farándula. Relatos como mi hipotesis que acabo de mencionar acerca de las causas del asesinato de Colosio las encontramos perfectamente comprensibles y racionales dentro de diarios que se ocupan de la nota roja, donde son el pan nuestro de cada día.
Si yo me propusiera elaborar una tesis  más seria, sosteniendo que las razones pudieron ser así de vagas, seguramente no me la aprobarían. Por más que la fundamente con libros de psicología , filosofía , historía declaraciones , etc.
Como se trató de un individuo de la trascendencia de Colosio, los historiadores y las élites del gobierno buscan una explicación “racional”. Sobre todo si la acción fue perpetradapor alguien que no es considerado clínicamente enfermo mental. Por qué no pensar que, después del hecho, incluso a Aburto le hayan parecido también absurdas sus motivaciones.Quizás un momento de testosterona alta en la que buscaba la congruencia frente a su novia. Cuando según las declaraciones de ella ante la PGR – que se encuentran facilmente referencias en internet-  “ya lo tenía en mente”.  Quizás prefiere no hablar,  para por lo menos mantener su cordura ante la sociedad y no ser  tratado como un ser irracional o loco, como pasó con el asesino de John Lennon. Buenas  razones ha de tener. Más las autoridades no lo pueden considerar así.
No quiero decir con esto que estoy en contra del ejercicio historiográfico. La atención que se le pone al contezto histórico es fundamental. Se está generando conocimiento y además te da un panorama más completo acerca de tu dimensión histórica, pero a veces da la impresión que hay muchos datos que resultan exageradamente ociosos.
Uno esperaría que con tanta erudición histórica  se vendría  una avalancha  de películas o novelas apegadas al contexto histórico que se busca reflejar. Sería una buena utilidad. Pero obviamente para los cineastas o escritores les resulta hasta tedioso leer estos libros de Historia. A quien no le asusta leer un libro plagado de citas. Aunque se apoyen en historiadores de renombre, muchas veces basan sus reconstrucciones fijando sus metas en el ámbito comercial más que en el  “científico”.

6.CONCLUSIÓN
No hay que olvidar  que el hombre hace historia ontológicamente, como dice Herodoto en el prefacio de su obra “Historias”. La razón que me decidió a  hacer la ponencia en esta dirección fue que me embarga la idea de que lo único que se está logrando con todas éstas exigencias es monopolizar la historia y alejarla de la gente. De alguna forma es una “historia oficial” sin caer necesariamente en los lineamentos de Van Ranke.

Me parece un obstáculo para la historia el hecho de que se exija tener una gran amplitud  en cuanto al dominio bibliográfico para validar un trabajo. Yo lo veo con mis compañeros de clases. Muchos solo acumulan libros en su bibliografía – a veces me incluyo a mí- , solo para utilizar como relleno y no como verdadero sustento de su planteamiento. A veces quizás no utilizan los adecuados. El retorno constante a las crónicas podría ser una gran sugerencia, antes que darles total fe ciega a "las vacas sagradas".
 
No por esto deba quitarle importancia al hecho de que la historiografía hace una aportación imporatntísima al analizar las cosas en su contexto, para entender del porqué de tal pensamiento y a las ideas que responde, Mi postura va en el sentido de que quizá nos haga falta pensar las cosas desde una perspectiva más infantil.  Hacer trabajos serios de Historia sin tantas exigencias  de  fuentes ya que finalmente si es errónea cierta afirmación acaba cayendo por su propio peso.


bibiografía:
 
Aguilar Villanueva Luis F, “En torno del concepto de racionalidad de Max Weber” en Olive León[comp], Racionalidad: ensayos sobre racionalidad en ética y política, ciencia y tecnología, México, Siglo XXI editores, 1988, pp.374

Descartes , el discurso del método,  Bogotá,  Editorial Linotipo, 1979, pp 95.

Fuentes López Carlos . Antecedentes históricos del racionalismo // No tengo la ficha de la lectura de esa clase pero en sí fue este artículo

Rabotnikof Nora,  “Racionalidad y decisión política en Max Weber” en Olive León [comp],  Racionalidad: ensayos sobre racionalidad en ética y política, ciencia y tecnología, México, Siglo XXI editores, 1988, pp.374




martes, 4 de octubre de 2011

Aclaracion pertinente: antes de que comiences a leer este blog

Quiero aclarar que este blog está pensado netamente y nada más  como un medio de expresión con toda la dósis de vanidad que esto puede conllevar. Si bien mi intención no es darme a conocer en todo el medio << aún no sé ni siquiera que tipo de medio es  al que voy a pertenecer, pues soy nuevo en esto >>, sí lo visualizo  como un instrumento a través del cuál dejaré un registro al alcance de "todos" <<los que tengan los medios de llegar a estos lares por supuesto>>. 

Sonará incongruente, pero no espero ser muy leído. Y si digo que sonará incongruente es por que nunca faltan los especimenes que para leer son pura levedad. Aquellos que con la ligereza de su  mentalidad creen haber hallado una suerte de contradicciones donde no existen. ¿A poco no se han topado con gente que  se enreda en un monólogo quesque intelectual con el único objetivo de llamar la atención? Estas personas  no entenderán razonamientos ante lo endeble de su discurso.  Seguramente  piensan que si hacen menos a los demás  tocan el cielo de la  erudición<< una muy mediocre forma de pensar>>, pero no se dan cuenta de sus inconsistencias propias.  Yo no pienso pelearme con ese tipo de gente. Es por eso que desde un principio decidí dejar bien asentadas mis expectativas, pa que no  comiencen gastando su teclado en decirme fruslerías como: “Si no esperas ser leído, ¿porqué publicas en internet?”.

La cosa es muy simple, tan simple que ya lo expuse, solo es necesario darle el justo sentido a las palabras para que el mensaje quede expuesto en su precisa dimensión. Explico: cuando digo que no espero ser leído, es literal. No pienso sentarme a esperar a que me lean. Por lo tanto no me importará si nadie me comenta en  alguna reflexión que me haya parecido profunda. Si he decidido publicar un blog es porque, como ya lo dije, me gana la vanidad. No tengo reparos en aceptarlo, por la sencilla razón de que la vanidad encierra nadamás y nada menos que el puro gusto, así es. ¡¡Esto es producto del  puro gusto!!, con ánimos de crecer. Ya sea reafirmando en lo que yo pienso o expandiendo mi pensamiento, ¿Qué puede ser más alentador que eso? Cuando el gusto quede de lado no tendrá caso seguir con este experimento. Por eso quiero dejarlo bien en claro: Si dije que no me importará si no me comentan, dentro de mis procesos lógicos ha de entenderse de la misma manera que me importará si me comentan. !¡Claro que si..  Siempre  y cuando los comentarios esten dirigidos en aras de una sinceridad de pensamiento sin dejar de lado la reflexión, no necesariamente tenemos que sonar elitistas o intelectuales, dejemos de lado la soberbia y esos tan dañinos estereotipos.

Verán, soy un tipo que estudia la carrera de Historia, siempre con un sabor agrídulce de la vida y las perspectivas  que ésta le ofrece. Si bien no veo con mucho entusiasmo la idea de dedicarme al oficio;  por lo menos si le estoy agradecido a la carrera el viraje que ha causado en mi pensamiento. La forma en que veo las cosas es muy diferente de cuando aún no entraba a la universidad. Y es que aunque no lo crean yo le ando echando muchas ganas <<  si me hubieran conocido en la prepa y durante todos aquellos años sabáticos que me aventé>>, por eso  he de decirles que hay muchos trabajos que he realizado con mucho brío. Y a uno le duele cuando después de dedicarle mucho tiempo a un asunto, de repente se encuentra al andar de los semestres, con que ya no se acuerda ni de la quinta parte del tema que creía tener dominado, por lo menos en un sentido monográfico y/o  académico.
Cuando una compañera<<que si quiere crédito se lo doy>> me comentó hace un par de semestres que había dado de alta un blog, en el cuál publicaba sus trabajos, fué como si un rayo de luz cruzara por mi mente y ví esclarecido el panorama para estos trabajos escolares  que de otra forma seguramente irían directo al limbo de los desvelos desdeñados  << ja me  gusta pensar que estos esfuerzos tienen algún carácter etéreo, sobretodo porque me quedó linda la metáfora>>. Decidí que en algún momento yo haría un blog en ese tenor. ¡¡Vaya originalidad la mía!!
¿Pero que creen? Como siempre mi morosa y remisa naturaleza, pudo más que mi voluntad y postergaba tal inauguración lo más que podía. Si bien, mi intención inicial había sido  concentrarme en puros trabajos académicos, creo que muchos de éstos se han ido a la nada, por lo menos en formato de procesador de texto me parece que ya no existen más.  
Ahora, un par de semestres después,  me siento más lúcido que nunca <<en cuanto al orden de mis ideas. Por lo menos  es la sensación que yo tengo>> y publicaré todo lo que se me ocurra.
No solo los trabajos académicos sino también dos tres reflexiones de esas que te llegan a asaltar de manera repentina, y se van como llegaron. Les trataré de hacer justicia haciendo lo posible por rescatarlas del abismo de mi desidia, para después encaminarlas en lo que yo considere que sea el buen sentido. Quien sabe, quizás seamos testigos de una revolución literaria, filosófica  o algo así << tengo ciertos proyectos>>. Todo lo que llegue a publicar aquí les aseguro que habrá salido de mi cabeza e irá en torno a los temas que me embarguen en ese momento. A veces una canción, una bonita frase, un anécdota curioso, o simplemente algo que me quiera sacar de la mente. No pienso seguir siempre las reglas convencionales de la gramática, o mejor dicho de la sintaxis.  Me parece más importante transmitir un mensaje y escribiré como me venga en gana y crea más conveniente. Eso sí, trataré de ser cuidadoso con mi redacción.
Así que la invitación está abierta, creo que ya he asentado como me he de dirigir en este espacio<<por lo menos en teoría>> cualquiera que tenga discrepancias respecto a mi forma de pensar, y que esté dispuesto a reflexionar sus opiniones antes de la confrontación, si quiere una discusión seria asi será,  sin  tapujos, mostrándonos tal cual. Yo no soy autoridad alguna  para sentirme superior a ninguna persona  que tenga opiniones sinceras, tengo la idea de que cuando la gente debate  de esta manera, se ha de lograr algo. Por lo menos  a veces llegan a llenarse esos vacíos que uno carga en…  la boca del estomago<< iba poner en el alma, pero es muy temprano para debatir la existencia del alma>>.  Por eso es que pido que se me lea con tranquilidad,  poniéndo énfasis en lo que mencioné más arriba: “dándole el justo sentido a las palabras y apreciando el mensaje en su precisa dimensión”. Así que si has llegado hasta este punto, deambulando entre los renglones lo mejor será que tornes al principio del texto y realices tu lectura con más detenimiento, quizás necesites  de algún diccionario. Una buena sugerencia,  este es el link para la búsqueda rápida de palabras en la real academia española de la lengua: www.rae.es/(palabra). Ya verás que leer con gusto y calma te cambia la vida.